La Superintendencia de Salud considera la calidad como una actividad prioritaria dentro de la organización. El Sistema de Gestión de Procesos y Riesgos se ha diseñado e implementado con el objetivo de mejorar los procesos de la organización en relación con la calidad de sus servicios y productos, así como la identificación, análisis y valorización de los riesgos críticos y sus controles y, en especial, la formulación de medidas de tratamiento de dichos riesgos.
Las directrices y objetivos generales que, en relación con la gestión de riesgos, guían a la Superintendencia de Salud, se plasman en la siguiente Resolución:
La Resolución Exenta SS N°432, de fecha 18 de marzo de 2022, actualiza la Política y los Roles Claves de la Gestión de Riesgos de la Superintendencia de Salud y deroga la Resolución Exenta SS/ N°848, del 10 de noviembre de 2021.
La Resolución Exenta SS N°891, de fecha 21 de julio de 2022, establece responsabilidades de las Jefaturas y encargado/as responsables de procesos y coordinadore/as de calidad y riesgos, en sus roles claves en la Gestión de Riesgos institucional y deroga la Resolución Exenta SS/N° 845, del 10 de noviembre de 2021.
La gestión por procesos está vinculada con la estrategia y la cultura organizacional, por lo tanto, para implementar este enfoque en organizaciones del sector público, se debe ir más allá de la sola introducción de procesos y de su lógica de funcionamiento, debido a que esto es insuficiente para generar los cambios deseados. Un aspecto que resulta clave para la implementación del modelo es el talento humano y su acompañamiento en todo el proceso
Los órganos y entes públicos orientan sus actividades al desarrollo de una estrategia en términos de procesos, basada en datos y evidencias, definiendo objetivos, metas y compromisos a alcanzar. La adopción de una gestión por procesos permite la mejora de las actividades de la Administración Pública orientada al servicio público y sus resultados.
Los procesos constituyen una secuencia ordenada de actividades, interrelacionadas, para crear valor añadido. La gestión por procesos en la Administración Pública debe tener en cuenta que el ciudadano/a es el eje fundamental de la intervención pública, lo cual requiere adoptar enfoques y diseñar los procesos de prestación del servicio desde la perspectiva de las personas usuarias y no desde la perspectiva de la Administración Pública.
Para el cumplimiento de lo declarado, es preciso el levantamiento y actualización de los procesos, conformar el mapa de procesos acorde con los objetivos estratégicos de la Superintendencia de Salud y visualizar los riesgos con su respectivo seguimiento y monitoreo.
Respecto de los indicadores de cada proceso, se realiza su seguimiento a través del «Proceso de Control de Gestión», con el propósito de anticipar posibles acontecimientos que puedan dificultar el cumplimiento de dichos objetivos o que afecten la calidad del servicio.
Permanentemente nos detenemos a observar lo que hacemos para precisar mejor nuestros procesos, sus riesgos, alcance y contribución a los objetivos estratégicos: