La percepción de protección de los usuarios respecto de los problemas de salud crece sostenidamente, principalmente en los usuarios de menos recursos, tanto en FONASA como en ISAPRE.
31 de marzo de 2010
Así lo concluyó un estudio realizado por la Superintendencia de Salud y la empresa Criteria Research destinado a conocer la percepción, experiencia y valoración que tienen los usuarios del Fonasa e Isapres sobre sus respectivos sistemas de salud y la Reforma de Salud, especialmente del AUGE/GES.
La muestra se realizó en los meses de noviembre y diciembre del año 2009 y contempló un universo de 2.286 casos, entre hombres y mujeres, mayores de 18 años, representativo de todo el país.
Según la encuesta, los usuarios de Isapres vuelven a mostrar niveles de satisfacción positivos después de la caída registrada en 2008, tras la crisis económica. De esta manera, el sistema privado sigue siendo más deseable que el público debido a la calidad y la rapidez de la atención, así como secundariamente por una percepción de mejor cobertura.
«La gente valora de su sistema de salud no sólo la calidad y rapidez de la atención, sino que también el precio que le cobran por obtener esos servicios, por eso la gente se siente más protegida, más aun ahora que cuatro Isapres informaron que no reajustarán los precios de los planes de salud este año», afirmó el Superintendente de Salud, Dr. Manuel Inostroza.
La principal ventaja del sistema público sigue siendo su costo menor para los usuarios, pero también se argumenta el respaldo del Estado y su cobertura.
Según el análisis realizado tanto al sistema público como privado, un 28% se muestra satisfecho con su sistema de salud calificándolo con nota 6, frente a un 25% que ponía la misma nota en el año 2008. Quienes colocan nota insatisfactoria (1 a 4) bajan un punto: de 29% en 2008 a un 28% el año pasado.
La sensación de estar protegido frente a un problema de salud también crece de un 52% en 2008 a un 60% en 2009. Los afiliados a Isapre son los que dan un mayor salto de un 67% a un 80% en el mismo período y son los más conformes con su aseguradora. Un 44% la evalúa con nota 6, un 18% con nota 7 y sólo un 10% (nota de 1 a 4). Estas calificaciones contrastan con las de los beneficiarios del Fonasa: un 33% (nota 1 a 4), un 24% (nota 6) y un 11% (nota 7).
Otro importante avance es la buena evaluación de la información recibida. En general, Un 23% de los usuarios de ambos sistemas colocan nota 6 frente a un 18% en el año 2008, bajando de un 52% a un 41% la nota insatisfactoria.
El alza más significativa se produce en los afiliados de Isapres. Un 35% de ellos coloca nota 6 a esta materia versus al 24% registrado en el año 2008. Quienes califican con nota máxima también suben de un 13% a un 18% en el mismo período, siendo el mayor cambio en las notas inferiores a 4 que bajan de un 40% a un 19%.
Entre las ventajas que ven los usuarios del Fonasa al sistema de salud se encuentran: la gratuidad de la atención (20%), el menor costo de la atención (13%), la libre elección (11%) y la entrega de medicamentos gratis (10%). Entre las desventajas, destacan: la lentitud de la atención (27%), la mala atención (9%), la menor cobertura y lo caro de la atención (8%).
Por su parte, los afiliados a Isapres valoran la rapidez de la atención (31%), la mayor cobertura de enfermedades (24%), la libre elección y la calidad de la atención (23%). Mientras, el tema más criticado del sistema privado es el alto costo (42%).
Frente a la posibilidad que el Fonasa o las Isapres tuvieran el mismo costo, el 61% de las personas prefiere su seguro de salud actual y un 28% optaría por cambiarse de sistema. Los potenciales migrantes del Fonasa se concentran en los tramos superiores de ingreso y son especialmente jóvenes de entre 18 y 35 años. En cambio, los que podrían abandonar el sistema privado se concentran en los grupos socioeconómicos medio-bajos sin distinción de edad.
En cuanto a las razones para cambiarse a las Isapres predominan la calidad y rapidez de la atención, mientras que los que evalúan irse al Fonasa destacan lo económico del sistema.
EVALUACION AUGE
El estudio refrendó además que el AUGE sigue siendo una política de salud exitosa. Un 65% de las personas que se atendieron o debieron tratar a un familiar por el AUGE, se mostraron satisfechos con la experiencia y le colocaron notas 6 y 7.
Los que usaron el AUGE le pusieron nota 5,8 a diferencia de todo el universo de los otros encuestados que lo evaluaron con un 5,5.
Quienes mejor lo calificaron son los afiliados a las Isapres que le asignan nota 6 (40%) y nota 7 (17%) sólo con una reprobación de un 7%. En cambio, en Fonasa un 28% le puso nota 6, un 19% nota 7 y un 16% nota entre 1 y 4.
Entre las materias más destacadas se encuentran la protección financiera (nota 5,9), la calidad de la atención médica recibida (5,8) y el equipamiento del establecimiento médico que lo atendió (5,7).
El mayor cambio se produce entre las personas que usan el sistema privado: de un 65% que le ponía notas 6 y 7 subió a un 70% el año pasado, llegando sólo a un 4% quienes le ponen nota roja. En Fonasa, la buena evaluación (6 y 7) cayó dos puntos, llegando a un 64%.
«Esta buena percepción que consolida al AUGE dentro del sistema de salud, se debe a la fiscalización realizada por la Superintendencia de Salud en los últimos años, especialmente a los prestadores como clínicas y consultorios que no notifican a los pacientes garantizados», agregó Inostroza.
Otro de los resultados importantes fue la calificación de las redes de los centros de salud asignados para acceder a las garantías. Un 34% se muestra satisfecho y coloca nota 7, seguido por un 32% que le asigna nota 6. Nuevamente son los usuarios de Isapres quienes más valoran la atención en estos recintos, con un 39% (nota 7) frente a un 33% de los beneficiarios del seguro público que le dan la misma nota.
Del mismo modo, los tiempos de espera para atenderse por el AUGE son menores que el promedio de lo que demora la tención en los hospitales públicos: 33 días para las garantías versus 46 días en los recintos asistenciales.
En cuanto al nivel de conocimiento, un 48% asegura saber de qué se trata el AUGE, mientras que un 23% reconoce no tener idea del tema, cifra que el año 2008 llegaba a un 31%.
Sin embargo, subsisten problemas de desconocimiento de garantías de calidad y oportunidad de atención, más allá de la cobertura de determinadas enfermedades y la protección financiera.
Ver presentación