Los sistemas de salud se organizan mediante cuatro funciones básicas: la rectoría, el financiamiento, la provisión de servicios y la producción de recursos (físicos y humanos).
La función de inversión en recursos humanos está presente en todos los sistemas de salud, los sistemas pueden al corto plazo utilizar solo los recursos creados en el pasado, sin embargo, es fundamental las decisiones racionales para el futuro del sistema. En este contexto de decisiones estratégicas de los sistemas se deben definir roles y funciones específicas del personal sanitario, las cuales están determinadas por las normativas y modelos de atención de los sistemas de salud. Estas definiciones se adoptan por quien ejercen la función de rectoría de los sistemas de salud, y deben tener en consideración los objetivos de equidad financiera y respeto por las personas usuarias del sistema de salud.
El personal sanitario es uno de los insumos más importantes del sistema de salud, el desempeño de los sistemas, está subordinado en última instancia a los conocimientos y aptitudes de los funcionarios del sistema.
Dada la importancia estratégica otorgada a los equipos sanitarios, para poder mediar en el proceso de formación y entrega de competencias de los equipos de salud, es necesario definir el rol del profesional y los alcances de su labor profesional.
Esta delimitación normativa necesaria, se realiza a través de la regulación profesional en salud, que permite establecer reglas para abordar el tipo de formación en la creación del personal sanitario, a nivel curricular, de competencias esenciales, y en cuanto al rol y la autonomía de las profesiones de salud.
Dado los fenómenos de migración de los últimos cinco años se hace necesario mirar en perspectiva a la región y explorar los modelos de regulación profesional en América del Sur.
Fecha de publicación: 23 de marzo de 2022